Siempre pensé que el amor propio era un concepto superficial e inalcanzable ya que la mayoría de contenido relacionado al tema compartido en las redes sociales así lo muestra.
Rutinas de belleza y cuidado personal con productos específicos e imposibles de conseguir, tutoriales de maquillaje para un look “mas natural”, spa days, masajes relajantes, entrenamientos exhaustivos en el gimnasio, yoga, comprarse cosas innecesarias para sentirse y verse mejor (en el momento), viajes a Bali, fiestas extravagantes (que necesitas grabar minuto a minuto para el story de Instagram), tendencias y movimientos naturalistas, orgánicos y veganos que te limitan hasta el punto de cancelar planes y salidas, dietas exóticas, y estereotipos falsos de belleza que, en la vida real, parecen inalcanzables y que, ademas, te quitan horas de sueno en la noche por contar calorías.
Y la verdad es que nada de eso es cierto. O tal vez lo sea, hasta cierto punto, si es que lo sabes interpretar de la manera adecuada. Pero si no, es la formula perfecta para caer en depresión, tener ataques de ansiedad, incrementar tus niveles de estrés, perder la cuenta de tu valor como persona y desprenderte de esa originalidad que te caracteriza y te hace único.

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